sábado, 2 de junio de 2007

Diminutivos peligrosos


Ximena Hernández ha encontrado un tema jugoso y cort-ito donde clavar el tenedor (la chocolatada final es fundamental en este texto).
Para la ilustración recurrí a google, ¿que aparecería con un "ito"? franciscoponce.com y su pajarito ito, por ejemplo.

CON/TENEDOR y escabeche

Diminutivos peligrosos

“A mí cuando me vienen los itos me viene la itis”, decía mi abuela. Claro, cuando algo es grande viene el diminutivo detrás, sobre todo cuando se pide. “Es un favorcito nomás”, o “¿me prestás unos pesitos?”, o la típica “es un angelito, dejalo”. Ese ito disminuye, pero en realidad esconde un problema mayor. Es muy utilizado por los niños que luego de una travesura tienen que dar cuentas a sus padres: “Papito, tengo un problemita…”. (Mejor no incursionar en otros significados de “papito” y “mamita)”. También se utiliza para maximizar delicadamente: “viste qué sueldito tiene aquel”, o “qué cuerpito el de ella”.
En la política está mal visto. Si Astori hablara de la “reformita” tributaria, o de unos pesitos más para la educación y de sacarle unos pesitos a defensa y salud, a los afectados les da “alarmitis”, porque saben que las dimensiones del diminutivo en la práctica son muy elásticas.
Asimismo se usa para disminuir el sustantivo o para agrandarlo, pero tomándole el pelo al contrario. Unos partiditos fueron los que perdió Nacional en el Clausura, porque apuntó los dardos a la Libertadores. Acá quedaron los jugadorcitos y a peñarol –con minúscula a propósito para no ser tan mala con el diminutivo que le corresponde-, le agarró la coleritis aguda, porque encima un cuadrito le ganó el Clausura.
Un ito que no se toma como tal es el de maldito. ¡Maldito loco! Más bien es énfasis de que el otro es malo y que quieres que más maldad recaiga en él. O ¡maldito día me tocó hoy!, para descargar el mal humor que juntó en el día.
Si Batlle en su célebre frase “los argentinos son todos chorros del primero al último” hubiera metido un ito, le hubiera dado un énfasis que después sería más difícil de remover. Si hubiera dicho “toditos”, ese ito hubiera retumbado más tiempo en los oídos argentinos. Y si hablaba de “chorritos”, seguro que lo tomaban por loquito, por hacer bromitas de mal gusto en una acusación desubicada.
Seguro que por falta de ito su itis fue más leve. La gastritis por el estrés seguro que fue menor, pero la melancolitis no la pudo evitar –o la utilizó para dar “lastimita”, quien sabe-.
Las señoras educadas se toman un tecito con masitas –tecito es un decir fino, en realidad nada mejor que una chocolatada caliente con tostadas con manteca y torta con dulce de leche-. El ito funciona para la culpa, pero después lo de gordita te lo dicen cariñosamente, para no ofenderte. En fin, todos sabemos los múltiples significados del diminutivo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Falta ese link, novelasfritas.blogspot.com-
si vas a linkear a todos los blogger de la um te falta ese.

pUbLiFrEaK dijo...

Genial! Muy divertido.

Salú!

@sirbuntalot dijo...

Muy buena observación. Ahora, faltó un clásico: "Sólo la puntita".

eresfea dijo...

Merelo, te voy a regalar una hacha con dos filos, al estilo Conan, para que siembres el pánico por ahí... Je, je.

@sirbuntalot dijo...

¡Será muy bien recibida y mejor aprovechada, Eresfea!