miércoles, 11 de abril de 2007

Yo-Yo


Ella, ella (sí, el chiste es malo) hace del ombligo virtud. Ella es Flavia Mena y qué bien va y viene jugando con el estilo de Millás.

Yo-Yo
Hace un rato este título tenía sentido. Por un momento me sentí invadida por mi otro yo. Ese que nos trae pensamientos ilógicos o simplemente fuera de contexto. Vienen y se van, sin pedir permiso, pero siempre nos dejan la misma interrogante: ¿para qué vinieron?
Por ejemplo, hoy me levanté con un fuerte dolor en la rodilla izquierda. Cada tanto me pasa, pero se va en el correr del día. No le atribuyo ninguna relación con la lluvia, como hacen los ancianos, pero me llama la atención que siempre se presenta durante las mañanas (horario que detesto). Hace media hora, mientras chequeaba el correo, se me vino a la cabeza la palabra reencarnación. La escribí en el Google y entré a cualquier resultado. Al quinto. Una vista rápida a la página (reencarnación.de.tt) y leo: “Gran cantidad de lo que nos ocurren en la vida actual provienen en gran medida de acontecimientos ocurridos en vidas anteriores”. Tanto palabrerío para decir que uno también es otro. Enseguida lo uní con mi rodilla.
De repente, ingresa un virus a mi computadora. No puedo dejar de pensar que es mi otro yo. Lo único que pretende es atención. Trato de estirar la pierna izquierda pero no puedo. Realmente quiero dejar de pensar en eso pero parece imposible. Todo me encierra en mí misma. Cuando mi mente parecía explotar, todo se calma. Vuelvo a ser yo.
No siento la rodilla, se ve que aquel recuerdo se cansó de buscar mi atención. Pero estoy segura de que en unas semanas regresará, y me hará escribir cosas con poco sentido. Si pudiera evitarlo lo haría, pero la frontera entre él y yo es muy delgada. Es como la vida y la muerte. El ruido y el silencio. La oscuridad y la luz. Cuando una está presente, no puede estar la otra.
Mientras tanto, sigo leyendo la página sobre la reencarnación. Sin ningún motivo. Parece que todo es un círculo de palabras que sólo tienen sentido dentro de la misma página. La idea de cambiar de cuerpo no me tienta, aunque debo reconocer que siempre me pregunté qué pasaría si yo fuera otro yo.

11 comentarios:

pUbLiFrEaK dijo...

Y entre la luz y la sombra no está la penumbra? Existen los tonos grises en la vida. Y si yo fuera otro yo sería yo.

Pregunta: éresfea no es el autor de esta entrada, no?

Acotación: Lo de la rodilla también me pasa, sólo que casi todos los días, me hace sentir vieja, jaja!

Salú!

P.D.: Sigue en pie mi oferta de promocionar el blog.

pUbLiFrEaK dijo...

pero esta vez sería gratis los servicios de Publifreak Advertising

eresfea dijo...

No, eresfea no es el autor de estas columnas, sólo corta pega. En este caso, la autora es Flavia Mena, reconocida como la mujer con la espalda más sensible del planeta.
Publifreak, promociona, promociona el blog.
Agradecido.

pUbLiFrEaK dijo...

Doy comienzo a la Campaña!

Salú!

M.G.G. dijo...

La campaña de publi, empieza a obtener resultados ;-)
Muy buenas eres fea, (nunca había sido tan descarada con nadie!)perdone usted, no se lo vaya a tomar como un insulto, sólo la llamaba por su nombre... ejem...
He estado echando un vistazo y me ha gustado lo que he visto. El texto sobre la lluvia me encantó (es que soy una amante de las precipitaciones).
Pasaré a verla cuando pueda
Saludos

eresfea dijo...

Fantasía, el texto lluvioso pertenece a alguien con blog. Te gustará: haz clic en des-doblada (en los favoritos de eresfea).
Publifreak, tiene que esforzarse más para alcanzar la quinta medialuna.

pUbLiFrEaK dijo...

Jaja! Eresfea no son necesarias las medialunas, sólo con unos puntos en demás en el examen estará bien, jaja!


Salú!

Al Nonino dijo...

Mucha publicidad y poca actualización, Eresfea.

El otro yo dijo...

Noto cierta ¿impaciencia? en Al nonino, este blog está teniendo resultados.
p.d: Sumen Alnonino a su blog, luego resten el blog Alnonino y obtendrán una ecuación divertida. Nunca viene mal un poco de publicidad, ¿o no fublifreak?

Al Nonino dijo...

No entendí lo de la ecuación.

El otro yo dijo...

Las ecuaciones no se crean para entenderlas: se padecen o se gozan. -Beso-